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Fortalezas y debilidades de un administrador

Fortalezas y debilidades de un administrador

Fortalezas y debilidades de un administrador

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Efrén Pineda
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El papel de un administrador en una compañía es clave para el éxito. El administrador necesita tener una combinación única de fortalezas y habilidades para manejar la capacidad de organización de la empresa donde labora. 

Estas habilidades comprenden desde la organización del equipo, la aplicación estandarizada de procesos, la coordinación entre diferentes departamentos y el control de recursos. Estas cualidades se ven afectadas por sus debilidades, que a su vez tienen el potencial de afectar el rendimiento de la empresa. A fin de lograr una gestión eficaz, es importante que el administrador reconozca tanto sus fortalezas como sus debilidades.

Fortalezas de un administrador de empresas

Un administrador debe poseer un conjunto completo de habilidades para manejar eficazmente la empresa. Esto incluye tener un liderazgo efectivo, para impulsar el éxito de una pequeña y mediana empresa (pyme) por varias razones. 

Al ser un administrador con liderazgo, puede inspirar, motivar a su equipo, por lo que puede mejorar la productividad y el desempeño general de la empresa. Un administrador con esta fortaleza puede establecer una visión clara, con estrategias que guíen a la empresa hacia el éxito y mantenerla en el camino correcto.

Un líder también puede tomar decisiones informadas y confiables, lo que puede ayudar a la empresa a tomar decisiones más inteligentes y adaptarse a los cambios del mercado y del entorno empresarial. Una manera muy simple de tener información es contar con un punto de venta que te permita llevar registro del movimiento del dinero.

Otra de las fortalezas de un administrador es que tenga una comunicación eficiente es importante para el éxito de una empresa por varias razones. En primer lugar, la comunicación efectiva es necesaria para asegurarse de que todos los miembros del equipo están alineados con la visión, misión y objetivos de la empresa.

También puede ayudar a evitar malentendidos dentro de la empresa, lo que puede ahorrar tiempo y recursos valiosos. También puede mejorar la colaboración dentro del equipo, lo que puede aumentar la eficiencia, así como la productividad de la empresa.

Un administrador con comunicación eficiente también puede mejorar las relaciones con los clientes y proveedores para construir una reputación sólida de la empresa y puede ayudar a establecer relaciones de confianza a largo plazo con otros actores del mercado.

Entre otras fortalezas deberá presentar una orientación hacia el servicio al cliente para asegurar que la empresa está comprometida con la satisfacción del cliente, y que todas las operaciones y decisiones se centran en este objetivo. 

Esto puede incluir la implementación de políticas y prácticas que mejoren la experiencia del cliente, el entrenamiento y la motivación del personal para brindar un servicio al cliente excepcional, y la creación de un ambiente que fomente el feedback y la retroalimentación del cliente.

Un administrador óptimo debe ser capaz de trabajar en cualquier área desde producción, mantenimiento, compras y costos, hasta administración, recursos humanos, ventas, logística, calidad, proyectos, control presupuestal y planificación financiera, higiene y seguridad industrial.

Además, un administrador debe aprender a manejar cada área de su empresa para saber lo suficiente para poder asesorar y proteger los intereses del negocio.

Las principales cualidades comunicativas que un administrador debe tener son el respeto, el uso de palabras motivadoras, la generosidad en la exhortación y la capacidad de expresar y comprender necesidades de los demás. Esta destreza para comunicarse resulta útil para mejorar la motivación del personal, así como el manejo de grupos.

Por último, un administrador debe tener pensamiento estratégico para poder organizar, planear y tomar decisiones correctas orientadas a lograr los objetivos de la empresa. Esto significa que además de una capacidad analítica, debe poseer la capacidad de ver la totalidad de los recursos locales, establecer prioridades e implementar programas. 

El administrador también debería tener un buen entendimiento del negocio, y estar familiarizado con los temas actuales y tendencias del mercado.

Debilidades de los lideres directivos

Como todos los seres humanos, también el administrador debe lidiar con algunas debilidades que pueden afectar la manera en la que ejerce su cargo. Estas debilidades pueden incluir áreas como la falta de presencia en el mercado, ya que puede limitar la capacidad de la empresa para cumplir con sus objetivos y metas.

En primer lugar, un equipo pequeño puede tener dificultades para manejar la carga de trabajo. Además, puede tener dificultades para cumplir con los estándares de calidad requeridos para los productos de la empresa. Esto puede afectar la satisfacción del cliente, la reputación de la empresa y, en última instancia, los ingresos y ganancias.

Otro problema es que puede ser menos efectivo al trabajar en proyectos importantes o al enfrentar situaciones inesperadas. La falta de experiencia y habilidades puede resultar en errores costosos, lo que puede afectar la capacidad de la empresa para competir con otras empresas en el mercado.


Para poder solucionar estas debilidades se debe iniciar por realizar una autoevaluación. Esto con el fin de poder tomar conciencia de las áreas en las que se necesita mejorar. Una vez hecho esto, el administrador debe ponerse al día y obtener los conocimientos necesarios para poder mejorar y superar sus límites. Esto incluye tanto el estudio como la búsqueda de informes, buscar en internet y obtener expertise de otros administradores.

Para mejorar la calidad de una evaluación, es esencial hacer una evaluación interna exhaustiva. Esto significa echar un buen vistazo al proceso y reflexionar sobre lo que ha funcionado bien y lo que hay que mejorar. 

El punto de partida de cualquier autoevaluación debe ser una revisión de los objetivos, lo que proporcionará un contexto importante para los resultados de la evaluación y, a menudo, pondrá de relieve áreas clave de mejora. Una vez que se tienen claros los objetivos, es importante realizar un análisis detallado de los datos que se recogieron para la evaluación.

Este análisis puede aportar información muy valiosa sobre posibles problemas o puntos débiles del diseño de la propia evaluación. Al realizar una evaluación interna como ésta, resulta mucho más fácil identificar y abordar cualquier posible debilidad de la propia evaluación. De este modo, la calidad de la próxima ronda de evaluaciones seguirá mejorando en el futuro.

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