La Terminal de Pago para ti
Quizá hayas escuchado esta palabra muchas veces, pero últimamente en el ámbito de los negocios se está utilizando cada vez más, ya que antes se pensaba solo en un modelo previo de un aparato que se iba a lanzar al mercado, como el de un automóvil o una computadora, sin embargo, esta palabra puede ser utilizada en los negocios.
Así es, también puede existir un prototipo de un negocio, servicio o producto que ofrezcas, así como lo hay de un auto antes de salir al mercado. La diferencia es que en el negocio, producto o servicio, el prototipo sí saldrá a la venta para poder ser comercializado, ajustado y perfeccionado para cubrir las necesidades de los clientes.
Si estás por iniciar tu negocio lo más común es que tener un prototipo te ayude a probar características específicas de tu producto o servicio, pero no es para lo único que puedes poner en práctica el prototipado. Así que antes de continuar, hay que definir lo que es un prototipo.
¿Qué es un prototipo?
En el mundo del desarrollo de productos, un prototipo es un paso crucial para dar vida a una idea de negocio. Sirve como versión preliminar de un producto o diseño, lo que permite probarlo y evaluarlo antes de fabricar el producto final.
En otras palabras, es una prueba que puede desde desde una forma física del producto, pero también una idea, forma de trabajo, o cualquier nueva idea que se puede repetir fácilmente para evaluar si tu idea, producto o servicio sobre tu negocio es válida o por el contrario, te ayudará a descubrir si es la mejor iniciativa.
De qué sirve un prototipo para mi empresa
Los prototipos sirven para ayudarte a evaluar y refinar tus conceptos antes de realizar inversiones a gran escala. Este proceso puede detectar fallos y permitir alteraciones desde el principio, ahorrándote así tiempo y dinero. Con un prototipo, puedes evaluar la funcionalidad, el aspecto y la facilidad de uso de tu producto, así como obtener opiniones de consumidores potenciales.
La creación de prototipos ofrece a tu empresa múltiples ventajas. Principalmente, te permite visualizar tu producto y experimentar con sus componentes en un entorno concreto. Esto puede ayudarte a identificar posibles problemas y a efectuar un proceso de cambios antes del lanzamiento. Además, la creación de prototipos puede ayudarte a transmitir tu visión a inversores o partes interesadas y a convencerles de que apoyen tu proyecto.
Crear un prototipo para tu empresa no tiene por qué ser elaborado ni costoso. Hay varias herramientas y recursos que pueden emplearse para construir un modelo de baja fidelidad; por ejemplo, bocetos o maquetas de papel. Pueden utilizarse para probar las características principales y obtener opiniones de los usuarios antes de invertir en un prototipo de mayor fidelidad. Empezando con un prototipo de baja fidelidad, puedes ahorrar tiempo y dinero, asegurándote de que tu producto va por buen camino.
En general, la finalidad de un prototipo para tu empresa es ayudarte a refinar tus ideas de negocio y construir un producto que satisfaga las necesidades de tus clientes. Tanto si estás elaborando un producto físico como un servicio digital, la creación de prototipos es un paso fundamental en el procedimiento de diseño. Al construir un prototipo, puedes examinar tus ideas, obtener comentarios y hacer modificaciones desde el principio, garantizando así el éxito de tu producto en el mercado.
Cómo hacer un prototipo para mi empresa
Al lanzar tu negocio, crear un prototipo es un paso fundamental. Para garantizar su éxito, primero debes establecer un propósito y un conjunto de objetivos claros. Esto te ayudará a dar forma al proceso de diseño y a garantizar que el resultado final satisface tus necesidades.
Después, tendrás que considerar los materiales y herramientas necesarios para la construcción o lanzamiento de tu servicio. La gestión del tiempo y los costes es esencial, ya que crear un prototipo de calidad puede requerir tanto recursos como tiempo.
Una vez establecido el plan, es hora de empezar a elaborar tu prototipo, puede ser la creación de un producto físico, pero también pueden ser las primeras pruebas de un alimento o modelo de servicio. Dependiendo de tus decisiones como materiales, ingredientes o comunicación, puede que tengas que probar diferentes técnicas y procesos para conseguir el resultado deseado.
No te desanimes si encuentras dificultades: un prototipo con éxito suele ser el resultado de múltiples revisiones. Con un poco de creatividad, dedicación y ganas de aprender, puedes llegar al producto que dé vida a tus ideas.
¿Qué tipos de prototipos existen?
El prototipado se presenta en diversas formas, cada una con sus propias ventajas y limitaciones. Desde bocetos de baja fidelidad hasta simulaciones de alta fidelidad, es importante seleccionar el tipo adecuado para tus necesidades.
Los prototipos en papel son sencillos, rápidos de crear y estupendos para probar ideas y recoger opiniones en las primeras fases del proceso de diseño.
Los prototipos interactivos ofrecen una experiencia de prueba más realista, pero su producción puede llevar mucho tiempo.
Los prototipos funcionales están diseñados para parecerse mucho al producto o servicio final y se utilizan para comprobar su funcionalidad.
Los prototipos visuales se centran en el aspecto y el diseño del producto o servicio.
En general, el tipo de prototipo que elijas dependerá del contexto y la finalidad de tu producto o servicio.
Ejemplos de prototipos
Las maquetas o bocetos son una forma común de prototipo, que ofrecen un concepto básico de la forma y el tamaño, mientras que los prototipos funcionales son más elaborados, presentan componentes operativos y muestran cómo funcionará el producto en el mundo real. Independientemente del tipo de prototipo, el objetivo es mejorar y perfeccionar el negocio, producto o servicio con los comentarios de los usuarios y las partes interesadas.
El prototipo rápido
Este tipo de prototipado son formas de resolver problemas con lo que tienes a la mano para responder preguntas como ¿yo utilizaría este producto o servicio?, ¿en qué contexto utilizaría este producto o servicio?, ¿qué pensaría alguien que está en esta situación?
De esta manera, no es necesario crear nada en específico para poder armar un prototipo rápido, si estás por vender un producto, no tienes que hacer una versión inicial del mismo, podrías hacerlo con simplemente un sustituto que no funcione ni sea lo mismo para resolver estas preguntas.
Uno de los ejemplos más famosos es el de Jeff Hawkins, creador de la Palm Pilot, que antes de construir un dispositivo o si quiera el plástico, utilizó un bloque de madera con las dimensiones que estaban planeando para el producto final.
Con esta versión inicial, simulaba tener la Palm y fingía revisar su correo, agendar una cita o sincronizar sus contactos con su computadora, y al simular la experiencia aprendió mucho sobre los entornos de uso que debía tener en cuenta al crear una versión funcional. Todo esto gracias al utilizar un simple bloque de madera.
Si tú no estás por crear un producto, pero sí quieres probar tu servicio, puedes hacer un rol playing, es decir, la simulación de una compra, atención o cualquier contacto con el cliente. De esta manera se puede simular un nuevo servicio o atención que se quiera brindar con posibles respuestas, dudas o comentarios de un cliente y así, las respuestas que podrías dar.
Es así un tipo de prototipado rápido que puedes hacer en tu negocio. Sin embargo, existe otro más avanzado denominado el producto mínimo viable.
El producto mínimo viable
Esto es crear la versión mínima básica de tu producto y que tu cliente estaría dispuesto a pagar. Muchas veces te detienes porque quieres obtener el producto que sueñas, pero si es tardado, en este mundo es importante iniciar con algo, intenta materializar tu idea con lo mínimo que sea para comenzar.
Así pues, puedes lanzar tu producto o servicio con lo mínimo. Un claro ejemplo es en Clip, pues el primer lector era distinto al clásico que la mayoría conoce, era más grande y con otro diseño; además, poco a poco se han ido integrando funcionalidades que los clientes requieren como el cobro a meses, los links de pago o hasta el pago de servicios, es decir, siempre está en constante evolución.
El objetivo de lanzar estos productos mínimos es que vayas conociendo el mercado, entiendas más las necesidades de tus clientes, así como entender qué otros cambios o nuevas funcionalidades podrías agregar a tu producto gracias a la retroalimentación que te den los clientes.
Es importante saber que el producto mínimo viable no es una versión final del producto que quieres vender, es la visión de tu idea en una versión simplificada. Podrías decir que tu producto siempre estará en constante actualización para brindar las mejores soluciones a tus clientes ya que las cosas siempre se pueden mejorar.
Ahora que ya conoces más sobre prototipos y cómo pueden ayudar en tu negocio, impleméntalos, utilizalos y comienza a trabajar con ellos para ofrecer cada día una mejor versión de tu producto.