¿Qué es la omnicanalidad y para qué sirve?

Quizá lo hayas escuchado en varios lados, sientas que es una nueva estrategia que está creciendo o hasta lo veas como un trabalenguas, pero las estrategias de omnicanal son cada vez más comunes en los negocios, y mucho se debe a que la tecnología es cada vez más accesible para poder crear una estrategia de este tipo.

Antes de hablar de estrategias, formas de trabajo u otros métodos, hay que explicar que la omnicanalidad de un negocio quiere decir que la empresa está presente en todos los canales, plataformas y dispositivos. 

¿Qué quiere decir esto? Un negocio es omnicanal cuando vende a través de una tienda física, online, en redes sociales y hasta por teléfono, este es un ejemplo de omnicanalidad; pero no solo se trata de vender, la omnicanalidad sirve para ofrecer servicios como el soporte o ayuda al cliente.

Un ejemplo claro es Clip, pues podemos atenderte por distintas vías, a través de WhatsApp, redes sociales, teléfono, mail y hasta comentarios a través del blog. Como ves, la omnicanalidad es una mezcla de venta y soporte, lo que ayudará a dar una experiencia valiosa.

¿Cómo implementar la omnicanalidad?

Es importante que no te sumes a muchos canales solo para estar presente, antes de decidir en dónde ofrecerás tus productos o servicios, tienes que investigar cuáles son los que utilizan tus clientes, cuáles frecuentan más y sobre todo, lo qué más utilizan para comprar, conocer y decidir por distintos productos.

Una vez que hayas elegido los canales por los que estás dispuesto a ofrecer tus productos o servicios, es que tienes que establecer la misma comunicación, ser continuo y que tengas una consistencia clara sobre lo que la gente ve en la tienda física, tus redes sociales y la tienda en línea. 

Para implementarlo, deberás acercarte a diferentes herramientas tecnológicas que te ayudarán a automatizar, crear y manejar distintos procesos en el proceso de compra. Para ello puedes apoyarte de sistemas ERP (Enterprise Resource Planning o Planificación de los Recursos del Negocio) y los softwares de CRM (Customer Relationship Management o Gestión de Relación con el Cliente).

Por un lado, el ERP te ayudarán a iniciar una compra y terminarla en otro, ajustando la información que tienes en tu inventario, logística y cobro automáticamente. Mientras que el CRM servirá para identificar usuarios, darles seguimiento y mantener una comunicación efectiva entre tus clientes y tu equipo de trabajo.

Como ves, no solo se trata de mostrar la misma cara por todos lados, sino también mostrar que cualquiera te puede contactar por diferentes canales y a pesar de ello, tu negocio tendrá la oportunidad de demostrar que sabes quién es el posible cliente que pide algo en específico. Es como llamas por teléfono a un amigo y cierras la conversación por WhatsApp.

La omnicanalidad también puede aplicarse al pago

Implementar una estrategia omnicanal ayuda a los negocios porque, en esencia, atrae más clientes, mientras que los clientes tienen la facilidad de acceso y seguimiento por diferentes medios. 

Con esto en mente, ¿cómo puedes ayudar a tus clientes al momento de una compra? Para ello existen diferentes soluciones, pero lo ideal es que brindes la misma experiencia sin importar el canal de venta. Si te compran directamente en tu tienda, a través de internet, en la app o hasta en tus redes sociales.

Si crees que esto es imposible, es porque no conoces soluciones como Clip Empresas, que te permitirán implementar un proceso de cobro sencillo, rápido y confiable para ti y tus clientes. Pues si ya tienes una aplicación, se puede agregar un proceso de pago con los desarrollos de Clip para esas soluciones.

No solo se trata de implementar una terminal punto de venta, también puedes aceptar pagos a través de la redes sociales al enviar un link de cobro sin necesidad de tener a tu cliente frente a tu mostrador.

Así que con esto en mente, podrías establecer en tu negocio una serie de herramientas de primer nivel para hacer la vida de tus clientes más sencilla. Así que asegúrate que así sea; no al contrario, que al intentar vender, la pases enviar mensajes, aparezcas en anuncios una y otra vez, para que te termines convirtiendo en algo molesto y no en la solución.