La Terminal de Pago para ti
Seguramente has escuchado este término y parecería muy simple, pues su nombre lo explica: se aplica una nueva financiación al préstamo que tienes activo. Sin embargo, no todo es tan sencillo, pues ¿cómo es que esto puede suceder? Sobre todo si el registro de cada crédito o préstamo queda grabado.
Es por ello, que el refinanciamiento funciona de una manera más clara: se pagan la deuda anterior y se adquiere una nueva por el mismo monto, pero esta se adquiere a un interés más bajo, se paga en más o menos tiempo o se convierte un préstamo de tipo variable en uno fijo.
¿Por qué refinanciar una deuda?
Hay muchos motivos por los que podrías querer refinanciar una deuda, pero eso sí, debes evaluar muy bien cuándo te conviene hacerlo y no tomarlo a la ligera. Acá te traemos unas posibilidades, sus ventajas y desventajas.
Modificar tus pagos mensuales
Puedes reducir tus pagos mensuales si refinancias tu préstamo con un plazo mayor. Por ejemplo, si refinancias tu deuda de 1 año a dos, tienes más tiempo para devolver lo que debes. Esto significa que tu pago mensual será menor.
Extender el plazo puede ayudarte a normalizar tu situación si tienes problemas para mantenerte al día con tus pagos mensuales. Solo ten en cuenta que, cuando extiendes el plazo, pagas más intereses con el tiempo.
También puedes hacer lo contrario y acortar el plazo. Cuando refinancias para reducir el plazo, ahorras dinero en intereses y puedes saldar la deuda en menor tiempo.
Sin embargo, esto también aumentará la cantidad que deberás pagar cada mes, porque tendrás menos tiempo para saldar el préstamo. Refinanciar a un plazo menor es una gran opción si tus ingresos son mayores que los que tenías cuando obtuviste la deuda.
Reducir la tasa de interés
Puedes ser elegible para una tasa de interés menor si tienes un puntaje crediticio mayor o tu deuda es menor que cuando obtuviste la hipoteca por primera vez. También puedes calificar para una tasa de interés menor si las tasas del mercado bajaron desde que firmaste el préstamo.
Al disminuir la tasa de interés, se reduce la cantidad que debes cada mes, e incluso puedes ahorrarte miles de pesos.
Las tasas de interés cambiaron
Si en el momento en el que adquiriste tu deuda, las tasas de interés eran más altas, ahora puedes modificarlo para que apliquen con las actuales. Por ejemplo, en junio de 2021 las tasas de intereses hipotecarias en promedio estaban en un 10.21%, pero en octubre de 2020, el interés se situó por debajo del 10%.
En este ejemplo, te conviene solicitar un refinanciamiento cuando suceden cambios como en octubre, pues a largo plazo esta tasa significa una cantidad importante.
En qué me debo fijar a la hora de refinanciar mi deuda
Antes de firmar cualquier tipo de refinanciamiento, es importante que sepas que no estás obligado a refinanciar con tu prestamista actual. Si eliges otro prestamista, éste saldará tu préstamo vigente, y tu relación con tu prestamista anterior finalizará.
Eso sí, para que esto suceda, muchas veces deberás estar al corriente con tus pagos, tener un buen historial y estar dispuesto al cambio; sin embargo, puedes refinanciar con la misma institución si te conviene o no encuentras otra alternativa.
Recuerda que si vas a hacer esto, te debe convenir en todos los aspectos. Revisa la nueva tasa de interés y es importante que veas el desglose de tus pagos para entender cómo y de qué manera te va a ayudar esto, no se trata simplemente de una nueva forma de pagar sino de que la mayoría de tu dinero vaya a pagar la deuda y no solo intereses.
En unas entradas anteriores hemos hablado de las tasas de interés, pero como funciona un crédito es que básicamente pagas el dinero que te dieron más intereses. En el caso de los créditos a largo plazo como lo es para una casa o un auto, lo primero que te cobran son intereses y después la deuda, pero de tu deuda solo se paga una pequeña parte y la mayor va a los intereses.
Si este nuevo refinanciamiento sirve para que comiences a saldar tu deuda y menos intereses, tómalo siempre y cuando puedas pagarlo, ya que usualmente esto sucede cuando das un pago muy alto a un tiempo más corto. Es decir si tenías una deuda a 10 años y la reduces a 5 años, el interés será menor pero el pago será mayor.
Por este ejemplo, ten en cuenta tu capacidad de pago como un límite claro a lo que quieres hacer con esta nueva deuda. Si por ahora no tienes cómo incrementar tu pago, lo mejor es que te quedes como estás, por el contrario, si estás ganando más, es la oportunidad de buscar un refinanciamiento que permita pagar un monto más alto.
Por último, evita gastar de más, mantén tus finanzas sanas y evita adquirir nuevos créditos para no tener un sobreendeudamiento. Siempre busca mantener un buen historial crediticio y acércate a profesionales que te asesoren y te ayuden a tener finanzas sanas y optar por esta solución.