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Preguntamos, ¿qué te motivó a emprender? Sergio sonrió y contestó rápidamente: “todo empezó de fracasos, fracasos y fracasos”.
Sergio tiene 34 años y es cofundador del Rinconcito Azteca, un lugar en Interlomas, Estado de México, donde se prepara buena comida mexicana a precios accesibles, y que en un año creció su equipo y expandió el negocio.
Los fracasos son aprendizajes
¿Fracasos? Probablemente no es la respuesta que imaginas obtener de alguien que creció un negocio en relativamente poco tiempo, pero después de entender la historia que hay detrás, esas palabras tienen más sentido y contienen muchas lecciones para aquellos que están pensando en tener algo propio.
A los veintitantos, Sergio empezó su primer negocio, un puesto de hamburguesas. Después comenta porqué ese primer establecimiento tuvo que cerrar:
“No sabíamos qué era un negocio. Empezamos como un juego y obviamente no dio resultados. A veces íbamos (al local) a veces no. Era un buen producto pero no sabíamos administrar, no sabíamos comprar...”
Posteriormente, cuenta cómo después de ese primer fracaso vuelve a estudiar, sólo que en vez de Comunicación hace un cambió de carrera a Administración de Empresas porque estaba convencido de que si ya había podido abrir y mantener un negocio por dos años, podía volver a hacerlo, pero la siguiente vez sería diferente.
Al salir de la escuela, entró a trabajar y unos cuantos años después, renunció para volver a emprender. Esta vez sería de la mano de un socio, quien un año (aproximadamente) después le pediría vender el negocio.
Este sería el segundo fracaso. Por supuesto, no todo fue pérdida. En esta ocasión, Sergio ya había implementado la disciplina que había faltado en aquel puesto de hamburguesas (las malas y las buenas prácticas) pero lo más importante es que encontró un equipo de trabajo confiable y entendió que parte del éxito de ese negocio, era por el compromiso de las personas que se integraron.
“Entonces me junté con los chavos, me junté con el chef, con los cocineros, con todos. [...] Les dije, chavos, vamos a poner un negocio [...] van a poner su chamba y van a tener un pequeño porcentaje de lo que vayamos ganando.”
Fue así como empezó “El Rinconcito Azteca”. Con este modelo, donde 4 socios que tienen un porcentaje, se tuvo poca rotación del personal y el negocio pudo crecer durante 2019. El trabajo de Sergio se volvió en ser un facilitador para que todos tengan lo que necesitan para hacer el negocio.
Cómo se veían los primeros meses del negocio
El Rinconcito Azteca vio una necesidad en el mercado. Se establecieron en un lugar rodeado de corporativos, donde las opciones para comer en la zona son costosas (de 100 pesos hasta 200 pesos o más). Así que el primer paso fue asegurar que se tenía un buen producto, para ello los emprendedores decidieron llevarlo a la prueba. Reunieron a amigos y familiares para pedirles que fueran honestos y les dijeran qué necesitaban mejorar.
Sergio recomienda que antes de lanzar el negocio, el dinero capital se emplee en fortalecer la base del negocio, ya que muchos emprendedores empiezan por el marketing o por el ambiente del lugar, cuando primero hay que concentrarse en el producto y los elementos necesarios para levantarlo.
Después, el equipo aprendió cuáles eran los costos porque de acuerdo a Sergio, durante los primeros 6 meses salen imprevistos.
“Sin tus costos, estás frito. Si tu no haces tu costeo de cuánto te cuesta la carne, cuánto te cuesta (si es hamburguesa) el pan, (si es pizza) la pasta o la harina. Tienes que sacar literalmente todos los costos y manejar un amplio margen.”
Cuando decidieron lanzar al mercado, hicieron una proyección a 3 meses porque ya sabían que tenían un buen producto y estaban en un lugar concurrido. Por si las dudas, los emprendedores contaban con un apoyo que estaba dispuesto a prestarles 3 meses de la operación por si era necesario, pero afortunadamente no lo fue.
Con las ganancias del primer mes lograron costear la nómina, el segundo fue la nómina y los insumos y en el tercer mes pudieron cubrir los costos de la operación por completo. Es decir, en este momento no generaban ganancias, pero tampoco perdían dinero. A partir de este punto El Rinconcito Azteca despegó.
“Mi consejo es: proyecta que el primer mes vas a sacar la nómina, después empiezas a generar la nómina, un poco los insumos y la luz. Después empiezas a tener los costos fijos y después los variables, hasta que ganas.”
Sergio también recomendó que una vez que los negocios se equilibran es importante cuidar los insumos y compartir esta preocupación con el resto del personal. Esto servirá para calcular la merma y calcular cuánto comprar.
El momento de crecer
En unos meses empezó a crecer y se presentó una oportunidad para abrir un comedor industrial que le daría servicio a una escuela cercana a la zona. Pero para esa oportunidad en el momento, los emprendedores necesitarían capital. En esos días, llegó un correo donde se les ofrecía un crédito.
Revisaron el monto que podían solicitar, cada cuánto tenían que pagar y el interés para calcular el monto total. Todo parecía en orden, así que decidieron aceptarlo para que la oportunidad de expandir el negocio no fuera a desperdiciarse. De esta forma, compraron insumos y activos (platos, cubiertos y equipo) para montar el nuevo comedor.
Para cubrir el monto hicieron una proyección mensual. Es decir, midieron cuánto se estaba vendiendo y a eso restaban el porcentaje del promedio de ganancias mensuales para cubrir el monto, por lo que pudieron pagar el crédito en el tiempo estimado y expandir el negocio.
Por fortuna, el comedor industrial fue un éxito y el negocio creció, incluso se tuvo que contratar al doble del personal para mantener la operación, lo que ocasionó que en diciembre volvieron a solicitar el mismo crédito, esta vez para cubrir bonos y aguinaldos.
“Decidimos hacer aceptar otro crédito para aguinaldos para que todo el mundo en el negocio estuviera contento y así incentivar la fidelidad del negocio. Lo proyectamos a dos meses y medio y no hubo ningún problema.”
De esta manera, el Rinconcito Azteca pudo cerrar el año con más personal y con un modelo de negocio más completo que generó mejor rentabilidad.
Cómo afrontar la contingencia
Le preguntamos a Sergio, cómo se han adaptado a la contingencia, él nos comentó que han adecuado la operación y ahora compran el súper en el mercado de la Central de Abastos para sus clientes. También adecuaron una cocina en el departamento de uno de los socios para poder entregar comida preparada en una zona residencial conformada por 4 torres de departamentos.
“La ventaja es que nos conocen y conoce la calidad (de nuestros productos) entre clientes y familiares. Esto nos permite seguir generando para cubrir la nómina y tocar nuestros ahorros para el mínimo indispensable.”
Por último, Sergio nos comentó que una de las acciones adicionales que tomaría para su negocio es aceptar otro crédito para completar costos y tener liquidez durante el tiempo que dure la cuarentena.