La Terminal de Pago para ti
Ante la contingencia, han surgido ayudas de los bancos para que sus clientes no se endeuden de forma peligrosa.
En México 52.4 millones de personas viven en la pobreza, es decir, el 41.9% de la población en el país, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), lo que quiere decir que millones de personas viven al día, es decir, trabajan para que ese día (o el siguiente) tengan sustento para ellos y sus familias.
Ante esto, la banca no podía ser indiferente y sobre todo, entendió que en México las posibilidades de pago hacia los créditos depende de que los negocios estén en marcha, y ante la falta de afluencia por la contingencia del coronavirus, los ingresos se verán afectados. Así que, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores lanzó un programa para reestructurar créditos.
Reestructuración del crédito
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) lanzaron los Programas Institucionales de Reestructuración (PIR) con el objetivo de apoyar a las personas y empresas a mitigar los efectos económicos derivados de la pandemia.
El paquete incluye cuatro medidas regulatorias que incentivan y permiten a los bancos y otros intermediarios financieros reestructurar los créditos con menores tasas de interés, ofrecer una extensión del plazo de pago y menores cuotas a los clientes que lo requieran.
De esta manera, los usuarios de crédito participarán en un programa de apoyo a deudores que incluye reducir 25 por ciento sus mensualidades, ampliar el plazo de su deuda y reducciones en la tasa de interés originalmente contratada.
De acuerdo a un comunicado, estos PIR, son una solución definitiva a los créditos y no simplemente un alivio temporal y deben ofrecer como mínimo la reducción del monto de pago en al menos el 25% en relación con el pago periódico aplicable previo a la reestructura.
El porcentaje de disminución en el pago periódico podrá ser menor, pero nunca inferior al 15%, para reestructuras a mayor plazo, dependiendo de las características de cada tipo de crédito.
La tasa de crecimiento mensual del monto de pago a realizarse a partir del segundo año no deberá ser superior al 1%. Si el plazo de la reestructura o renovación fuere superior a 24 meses, el monto de los últimos seis pagos no deberá ser superior en un 30% en relación con el monto reestructurado o renovado.
El nuevo plazo para la reestructura no podrá ser inferior al plazo remanente del crédito que se reestructura, ni mayor a la suma de dicho plazo remanente más la mitad del plazo de amortización del referido crédito que se reestructura.
Tratándose de créditos a la vivienda, el nuevo plazo para las reestructuras en ningún caso podrá extenderse por un período mayor a lo que resulte menor entre cinco años adicionales al plazo remanente para la liquidación del crédito que se reestructura, o el plazo remanente para la liquidación del crédito más un 50% de dicho plazo.
Tratándose de créditos otorgados al amparo de una línea de crédito revolvente, incluyendo aquellos con base en los cuales se emite una Tarjeta de Crédito, el saldo dispuesto deberá reestructurarse o renovarse bajo un esquema de pagos periódicos fijos que no podrá exceder de 60 meses.
La reestructuras que se instrumenten al amparo de los PIR, no podrán ser sujetas de una
nueva reestructura al amparo del mismo Programa, en caso de que el acreditado enfrente
problemas de pago en el futuro.
Estas nuevas medidas van dirigidas a los clientes que entraron al primer plan de alivio o para otros clientes que “pudieron estar bien al principio de la pandemia y no fueron parte de los criterios, pero tuvieron un deterioro en los meses recientes”.
Historial crediticio
De a cuerdo con el presidente de la CNVB, Juan Pablo Graf Noriega, este programa tendrá un impacto en el historial crediticio de los clientes, pues “es importante que los esfuerzos que se hagan por parte de bancos y deudores para mantenerse al tanto de sus créditos que se vieron reestructurados por la pandemia tengan un tratamiento especial en las sociedades de información crediticia”.
“Todos los créditos que se reestructuren en adelante y durante la pandemia se hayan mantenido puntuales en su pago y sean cartera vigente no tendrán marca en las sociedades de información crediticia. Los créditos que estaban vigentes pero no al corriente de sus pagos tendrán una marca que no es la tradicional de incumplimiento, si no una más suave derivada de la contingencia de Covid-19”, comentó Graf Noriega.
Consejos de la Condusef
A través de un comunicado, la Consusef señaló que hay que tener bien claro las posibilidades que se están dando en las tarjetas de crédito.
Así que aquí están los consejos que implementa a Condusef y dice que preguntes a tu banco:
- Cuál va a ser su saldo insoluto, es decir, cuánto se va a pagar después de transcurrido el plazo.
- Si va a continuar pagando la misma mensualidad, ésta va a aumentar o podría disminuir.
- Si van a aplicar una nueva tasa, o bien cuál va a ser el tratamiento que la institución financiera le dé a los intereses. Conviene estar seguro que, en su caso, la nueva tasa sea fija y no variable.
- En el proceso de la reestructuración del crédito, es conveniente que el acreditado pregunte si podrá volver a utilizar el nuevo crédito o ya no, particularmente en el caso de tarjeta de crédito.
- Si el Banco le hará llegar una carta o documento con la reestructura acordada, para que se conozcan con claridad los nuevos términos y condiciones del crédito.
- Si se tiene la oportunidad, si puede realizar pagos anticipados del nuevo crédito.
Externa todas tus dudas y resuélvelas antes de tomar la decisión si te conviene o no pagar tus deudas de crédito. Por último, también queremos compartirte una guía básica con todo lo que debes saber antes de pedir un crédito para tu negocio, esperando que este contenido te ayuda a conocer un poco mejor sobre estos productos financieros.