La Terminal de Pago para ti
Los carteles comerciales son una forma de tener la primera conversación con quien pasa frente a tu negocio: si el mensaje se ve rápido, se entiende y se recuerda, aumenta la probabilidad de entrada y compra.
A este mensaje visual, hay que combinarlo con una buena experiencia de pago, para que el proceso sea lo más rápido y simple posible. Aquí entra tu sistema de cobro para negocio, un software que te permite aceptar pagos con tarjetas y formas digitales para cerrar la intención generada por el anuncio en el momento preciso.
Tips de visibilidad y diseño para carteles comerciales
Un buen diseño de carteles prioriza la legibilidad por encima de adornos. La legibilidad se construye con un tamaño de letra adecuado, contraste y ubicación, considerando luz exterior e interior.
- Tamaño de letra por distancia: calcula la altura mínima de las letras y verifica si es legible a paso de peatón.
- Contraste perceptible: haz que la combinación de colores permita una lectura clara del mensaje. En líneas generales, trata de evitar grises sobre colores saturados.
- Mensaje breve: usa pocas palabras, no más de 5: un verbo y un beneficio claro. Ten en cuenta que la gente pasa caminando, no se detendrá a leer tu mensaje si es muy largo. 
- Ubicación estratégica: entradas, vitrinas y finales de pasillo concentran la mirada; coloca el cartel a la altura de la vista.
Evita “ruido visual”: demasiados colores, tipografías y sombras restan legibilidad. Repite colores de marca con moderación para reforzar la memoria sin saturar.
Ejemplos de carteles
Antes de pensar en letreros comerciales creativos, trata de pensar tus ideas en contextos concretos: los peatones deberán ver la letra de a 5–10 metros, mientras que los conductores a 25–50. Recuerda también tener en cuenta el uso de la luz interna del local y los reflejos que puedan llegar a aparecer. Los ejemplos que verás a continuación aplican criterios de legibilidad y contraste para que puedas replicarlos.
Vitrina en avenida con tráfico lento (25–35 m)
Poster vertical de promoción con tipografía sans serif de alto peso, fondo claro y texto oscuro. Título principal dimensionado para verse a ~30 m; subtítulo corto y precio destacado. Coloca a 1.5–1.7 m del suelo, perpendicular al flujo de autos. A la entrada, ten visible una terminal de pago con tarjeta para no perder el impulso de compra generado por el anuncio exterior.
Caballete en banqueta de calle peatonal (5–8 m)
A-frame (o cartel caballete) con mensaje de 5–7 palabras y flecha direccional. Fondo sólido de alto contraste (texto oscuro sobre claro). Revisa brillo y sombras a distintas horas; evita ubicaciones donde el reflejo del cristal o el contraluz reduzcan la legibilidad.
Señal interior al final de pasillo (10–15 m)
Cartel suspendido con oferta vigente. Letras calibradas para que permita una lectura desde 12 metros. En caso de utilizar iconografía, que el logo sea muy simple y pueda ser captado a la pasada. Ubícalo en cabeceras (endcaps), puntos que naturalmente concentran la mirada en recorridos de autoservicio.
Lona de fachada para temporada (40–50 m)
Mensaje único (“Liquidación hasta 40%”), recuerda utilizar una letra grande y asegúrate de que tenga un buen contraste con el fondo. En vías con tráfico vehicular, aumenta el tamaño de letra, separa líneas y reduce el texto para máxima comprensión en movimiento.
Del anuncio a la venta
Un buen cartel no compite por “ser bonito”, compite por ser visible y comprensible en segundos. Las mejores prácticas son: dimensionar letras según distancia, cuidar el contraste y colocar el mensaje potente y conciso. Así reduces la fricción cognitiva y elevas la probabilidad de visita.
Los carteles comerciales tienen la capacidad de convertir la atención en venta. Recuerda que para medir su potencial, debes tener en cuenta cómo impactan en tráfico, tickets y repetición de compra.










